Prosa poética por Triana Hernández Amoedo
- psicoaholicoseleia
- 17 nov 2020
- 2 Min. de lectura
Y cuando los dientes se caigan, y las arrugas aparezcan. Entonces solo quedarán las marcas siniestras guardadas en el alma.
Se guardarán las palabras y los sentimientos perdidos, hallados en un sin fin de tremendas barbaries, con una singularidad espantosa de recuerdos al aire, tomados en batallas mentales surgidas a primeras edades.
Los libros leídos en soledad palpable, los gritos de los locos en las ideas de una indeseada mente y el tiempo del ocio ocupado en tareas interminables.
Cuando los versos no surgen, comienzan las ideas y con ellas, al borde un momento de odio insensato al corazón, ruin, despiadado e inútil. Sin embargo, las ideas nacen a diario y mueren temprano.
El ruido silencioso. Silencio mejor que palabras. Silencioso sonido del ruido, del amor, del implacable grito de los mudos, pidiendo auxilio, pidiendo ayuda al dios imaginario que existe, que existe y persiste.
Cuando aparezca la mancha en la escritura del pensador, cuando la mano deje de tomar la tinta, se correrá, hacia sin fines que nosotros, mortales, aún no conocemos.
Que los violines griten a los espasmos de los sordos, de los políticos y de la sociedad muerta en alma, más no en cuerpo. Que se sienta la presencia del violín diabólico que hace vibrar al corazón y a la memoria de los olvidados. Toquemos las notas del compositor que no ha compuesto nada.
Las gotas de cristal empañadas en vaso de humo, enmarañado y continuo de cantos inseparables del ser, conectados, recíprocos. Siempre amados, siempre amantes.
Y si, cuando las tildes, las comas, y los puntos suspensivos formen parte de tu escritura sabré que lees, pero no con la vista, con los sentidos.
Si la sangre fluye continúa, ¿Por qué no la vida?¿La muerte?... ¿Por qué no las ideas tomadas del alma y sus convicciones?
Hasta mañana mi querido amor sin dientes que reside tu nombre en la piel del amado. Hasta mañana mi querido sol timbrante de colores. Hasta luego profunda agua salada de mis llantos silenciosos. Hasta pronto humilde silencio que acompaña mi camino de vuelta a las ideas deslumbrantes y hola deseado amor de hojas amarillas tornadas a tonalidades finales del amor sonriente que siempre ha estado presente.

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